jueves, 16 de abril de 2009

Big Red Bus Canino

Una de las cosas más gratificantes de tener perro es enseñarle a ser un respetado miembro de la sociedad, enseñarle cosas importantes como... ¿dar la patita?. Uhmm... quizás no son importantes pero para los dueños son divertidas y a los perros les llena la panza así que las dos partes salimos recompensadas. 

Una realidad cruel es que todos los nuevos dueños decimos que nuestro cachorro es súper inteligente porque sabe sentarse, tumbarse y en definitiva hacer todas las monerías y que además todo lo aprendió en un tiempo récord... con el paso del tiempo abrimos los ojos y nos damos cuenta que todos los nuevos dueños dicen lo mismo y que todos los cachorros hacen lo mismo y con la misma gracia, así que pasamos de tener un perro súper inteligente a un perro normal y corriente. Obviamente, cuando nos encontramos a gente que aun no se ha dado cuenta de esta realidad los demás dueños no decimos nada después de todo quienes somos nosotros para quitar la ilusión a nadie.

Los tres primeros días que el Neco pasó en casa le concedí un poco de tregua, al fin y al cabo estaba en un lugar desconocido, con personas desconocidas, con un bicho blanco atento a todos sus movimientos y con 2 mesecitos recien cumplidos. Pasados esos primeros días empezamos el "entrenamiento".

  • La primera orden fue obviamente la de siéntate o "Seu" para nosotros, después de todo y a pesar de todo somos catalanes. He de decir que al Neco se le nota que es catalán porque cuando ladra hace "buf buf" y no "guau guau" (es un chiste, humor catalán de calidad)... Volviendo al tema principal, me quedé absolutamente maravillada de lo rápido que aprendió a sentarse, unas cuantas galletitas y sentaba disciplinadamente sus posaderas.
  • La segunda fue "Tumba" (en castellano porque es importante enseñar a los hijos diferentes idiomas). Primero hacía que se sentara y después pasaba la galletita a ras del suelo para que se dejara caer, al principio costó un poco porque se levantaba para seguir la galleta así que le sujetaba el culete para que no lo levantara. De todas las órdenes que ha aprendido esta es sin duda la que menos le gusta hacer aunque si hay comida de por medio se tira en plancha...
  • Con estas 2 órdenes controladas llegaba la hora de enseñarle a mi entender las 2 más importantes: "Quieto" y "No". Es totalmente increíble ver que un cachorro inquieto se resiste a comer algo rico por el simple hecho de que tú se lo prohíbas... juro que he visto a críos menos obedientes y menos pacientes que un perro. Mentiría si no dijera que más de una vez le tuve que quitar la comida de la boca pero al final lo conseguimos.
  • Después me dediqué a enseñarle cosas más divertidas como que diera la patita, girara, diera vueltas, que bailara (aunque no lo hace muy bien, parece Buggs Bunny dando saltitos por todos los lados pero como se suele decir lo que cuenta es la intención)... 
  • Aunque no todo ha sido un camino de rosas. A pesar de todas las horas que me pasé sentada delante del balcón para evitar que se fuera de picos pardos pocas veces hizo sus necesidades en los periódicos y la orden "Ven" se la pasa por donde le da la gana. Si tú me dices ven lo dejo todo... y una eme, si yo le digo "Ven" se sienta y se me queda mirando con cara de: "Si quieres algo ven tú, chata". 
Nadie es perfecto y desde luego mi perro tampoco aunque he de admitir que para tener una cabeza tan pequeña es bastante listo. 



Sin ladridos

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