miércoles, 30 de septiembre de 2009

Descubriendo al Neco

Después de más de un año de convivencia con el Neco he descubierto el secreto para que me demuestre el supuesto gran amor que me tiene, digo supuesto porque con estos machos de hoy en día nunca se sabe si es amor o interés... esperemos que amor.

No se trata de darle de comer cosas de tu plato, ni llevarlo a pasear por el monte, ni comprarle juguetes, ni siquiera de darle mimos... el secreto para que un perro te demuestre su amor es simplemente no estar en casa.

Después de casi 3 meses de vacaciones, la vida del universitario es muuuy dura, cada vez que volvía a casa después de salir a hacer algo el cacho chucho no me hacía ni caso. El chaval al oír las llaves me venía a ver meneando la cola con pereza, se daba la vuelta y se iba a buscar la pelota, y si me apetecía jugar pues bien y sino pues también (no tiene demasiados problemas en montarse una party el solito). En cambio, cuando el Javi llegaba a casa después de trabajar el cabrito se ponía a dar saltos, a menear la cola a mil por hora, a darle besos... narices! eso es discriminación parental.


Pero ahora... ahora que he vuelto a la vida normal... cuando llego a casa tengo al Neco en su versión amorosa, que si saltos por todos los lados, que si meneadas de rabo, que si abrazos perrunos y lametazos, ... vamos, que con tanto amor para que necesito a un hombre... bueno, para algo si que necesito a un hombre ejem ejem


Así que el truco para que me demuestre su amor es dejarle solo para que me eche de menos y valore un poquito lo que tiene en casa.


Chaval, te voy a decir algo: No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y Madre no hay más que una (bueno, en tú caso dos... la biológica y la adoptiva).