Todos los futuros dueños de animales tienen que pasar un periodo indispensable que les concederá el don de la paciencia, necesaria para criar a un cachorro y para aguantar a los que ya no lo son tanto. Ese periodo se conoce como... la larga espera.
Mi larga espera empezó 2 semanas antes de que naciera el Neco, justo cuando encontré a los futuros papás. Yo pensaba que esa espera era dura pero creía firmemente que todo cambiaría y desde luego no me equivoqué, bueno, no del todo.
Efectivamente, todo cambió el 2 de Junio del 2008, el día de su nacimiento, pero desgraciadamente fue a peor. A partir de ese momento Chronos decidió volver el tiempo eterno convirtiendo las horas en días y los días en semanas... el tiempo pasaba lennnnto.
Por eso todos los futuros dueños nos volvemos yonkis de la información, esperando que los criadores nos den unas dosis diarias. A veces, su generosidad llega a las fotos, eso nos mantiene durante semanas con la sonrisa en la boca.
Yo creo que fui la futura dueña más pesada que ha existido, una adicta en toda regla y toda información era buena (desde aquí agradezco a las criadoras que no me enviaran a la eme):
- El cachorro es un glotón, se pasa todo el día comiendo. Le damos el bibe y al dejarlo se engancha en la tetilla... me tiene a la Noa consumida.
- El Neco es Satán. Esta noche cuando nos fuimos a dormir empezó a llorar y despertó al resto de los cachorros.
- Tu cachorro es super-dotado, es el Nacho Vidal de los Cockers.
- Su glotonería está alcanzando cotas máximas. Su hermana y él se meten directamente dentro del plato.
- Tiene una panza tan gorda que no es capaz de subir el escalón del patio a la casa.
Toda información era buena...
Los futuros dueños solo nos podemos conformar con hacer los preparativos pero afortunadamente todo llega en esta vida...
Sin ladridos
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