jueves, 16 de julio de 2009

La Hora de las Babas

El Cocker no sabe que es un Cocker, ni que implica tener un Cocker y desde luego no entienden porque no pueden parecer peluches con pelo por todos los lados. Sin embargo, los Cocker aprenden que por alguna extraña razón cada poco tiempo van a pasar por la tortura de la sesión de peluquería... que si limpieza semanal de orejas, que si cepillado diario, que si corte de pelo por aquí y por allá...

Cuando estamos en plena sesión de peluquería el Neco siempre me mira con cara de "Que he hecho yo para merecer esto" aunque el pobrecillo no se queja y aguanta lo que le echen.

Por suerte, en esta vida, toda acción genera una reacción igual y opuesta.
  • Acción: aguantar la sesión de pelu.
  • Reacción: llenar la panza después de la tortura.
La vida no es justa... después de todo el esfuerzo, durante la sesión de pelu, mi única recompensa es acabar llena de pelos de Neco... no es justo...

Sin ladridos

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