viernes, 8 de mayo de 2009

History: El principio del principio

Ayer en el parque había muchos perros así que decidimos ir con el Neco a un lugar más apartado donde estar más tranquilos pero un cachorro Bull Terrier de 5 meses nos siguió, al principio el cachorro nos vino a saludar a nosotros. Me di cuenta que no me fiaba demasiado del perro porque era muy nervioso, aunque eso es normal en un cachorro, le acaricié el lomo y en un momento de distracción, donde miraba al Neco, me mordió el brazo, no para hacerme daño sino para jugar pero como apretaba el cabrito... en ese momento recordé algo en lo que no había pensado desde hacía años, muchos años.

Debía tener unos 5 años y estaba en el pueblo de mis abuelos, en Galicia. Me encantaba ir al pueblo porque había un montón de animales: conejos (que robamos una vez mi prima y yo para salvarlos de un destino funesto...), cerdos, vacas, gallinas y perros.
Yo estaba loca por los perros y como no estarlo... Toni era un mestizo de Pastor Alemán aunque bastante más grande, era muy bueno y cariñoso aunque también muy celoso, necesitaba tanto como el aire que respiraba que le acariciasen... supongo que no eran celos sino falta de cariño. 

Un día estaba jugando con Toni y le debí hacer daño porque me mordió, mejor dicho me marcó. Mi abuelo que estaba al lado cogió una vara para sacudir al perro pero la vara se rompió en mi espalda, con tan solo 5 años me había metido en medio para evitar que le pegaran... es increíble que hiciera por un perro lo que no haría por una persona. No recuerdo que me hiciera daño pero recuerdo que le eché una bronca tremenda a mi abuelo y que estuve días sin hablarle.

Desde este momento me voy a referir a Toni como maestro Toni porque me enseñó una de las lecciones más valiosas en cuanto al trato con perros se refiere... me enseñó a ser desconfiada y precavida que no temerosa. Sino hubiera sido porque él me enseñó a tener cuidado, es muy probable que en la ciudad me hubieran  mordido de verdad ya que hasta ese momento tenía que tocarlo todo, perro que veía perro que tocaba.  

No me había dado cuenta hasta ayer que observo con atención el comportamiento de los perros, sus movimientos, sus gestos y que rara vez los toco. Siempre miro a los perros y les sonrío pero no me acerco nunca a tocarlos, ni lo intento cuando pasan a mi lado, solo acaricio a los que se acercan pidiendo mimos.

El maestro Toni me dio el don de la observación y de la cautela y por ello le estoy profundamente agradecida.

Me siento muy afortunada porque he tenido la suerte de crecer al lado de grandes perros: Bobby, Toni, Langostino, Laika y Laika y el amor de mi vida... Neco.

En la foto veis que a pesar del pequeño incidente lo quise profundamente hasta el final de sus días.
 

Sin ladridos

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