No me lo puedo creer, 2 meses después de que me quedase atrapada en el puñetero ascensor me he vuelto a quedar "atrapada" aunque esta vez con compañía perruna.
Hace un rato iba a dar un paseo con el Neco, nos metimos en el ascensor y de nuevo, como aquella vez, empezó a bajar a trompicones. No puedo decir que lo haya llevado con la misma dignidad que la primera vez porque me ha entrado el pánico, en cambio el Neco estaba la mar de tranquilo incluso cuando apreté el timbre de emergencia.
Ali, no puedo hacer otra cosa que darte la razón. El Neco se sentó mirando la puerta, incluso sentadito le dio por arañarla una vez como diciendo "vamos chata, quieres abrirte que uno tiene necesidades".
Después de bajar piso y medio a trompicones se puso en marcha y pudimos salir... él feliz como unas castañuelas y yo temblando (y llorando ejem ejem).
La verdad es que, aunque suene mal, me he alegrado de que estuviera conmigo. Además al volver a casa hemos subido por las escaleras y como él va primero me ha ayudado a subirlas... está hecho un torete.
Al llegar a casa una buena galletita como recompensa de su pachorrismo.